La noche pintaba para bañarse de gloria, en apenas 30 segundos en el primer ataque de Alianza el central decretó penal para los dirigidos por Leo Torres, Michael no quiso la responsabilidad del penal sobre sus hombros, la pelota la tomó Batalla y pasó lo inesperado, trotó hacía la pelota, la impactó sin la potencia necesaria y Ibáñez se vistió de gloria, el portero de la visita le decía que no a los locales en las primeras de juego, el partido transcurrió con Alianza empujando todo el partido sin encontrar la forma efectiva de llegar al arco de la calera, increíblemente en el tiempo añadido de la primera etapa un taco inesperado terminó mandando la pelota a la mano de Pedro Franco, el central dictaminó penal y la visita se ponía arriba con gol de Emmanuel Gigliotti.
De ahí para allá no hay mucho que contar, Alianza fue un mar de dudas y malas decisiones, Rangel nunca logró encontrarse dentro del área rival, incluso fue partícipe de una jugada en defensa que complicó el arco defendiendo por Pier Grazziani.
Quien se jacte de conocedor del futbol creo que puede hacer un análisis muy sencillo del equipo, a Alianza no lo está atormentando maldición alguna y mucho menos sus jugadores tienen “la sal encima” el equipo simplemente está desbordado de ansiedad, y es evidente en las pequeñas decisiones de Emerson Batalla que no está decidiendo bien en los últimos metros, o en las envalentonadas salidas de Franco que terminaron desordenando el fondo y el medio nuestro, podría pasar la columna enumerando esos pequeños detalles que hoy tienen a Alianza con el sin sabor de la derrota en el debut copero.
Leonardo Torres tal y como lo dijo en la rueda de prensa “por el poco tiempo no habrá muchas variantes” tan pocas variantes hubo que los mismos cambios de su antecesor César se dieron, para la anécdota entregando el mismo resultado: Nada.
Ahora solo queda pasar la página, en el estadio vimos a Hubert Bodhert esperemos que traiga la varita mágica y ponga a su ex equipo a jugar como en el ayer.