El jugador estrella del equipo paisa, José Antonio Pavón Salas, portador del número 10, no pudo ocultar su alegría al final del encuentro. “Estamos muy felices, en la final de un partido uno encuentra muchas emociones. Es mi primera vez en una nacional y mi sueño es llegar a ligas profesionales. Amo el voleibol y todas las experiencias enriquecedoras que se viven alrededor de este deporte”, expresó Pavón Salas, reflejando el espíritu y la pasión que caracterizan a estos jóvenes atletas.
Más allá de la gloria deportiva, los estudiantes ganadores que cursan décimo grado o inferior recibirán computadoras portátiles y tabletas como premio, herramientas que no solo facilitarán su educación, sino que también promoverán su desarrollo personal y académico. Estas oportunidades adicionales refuerzan el compromiso con la formación integral de los deportistas.
El colegio San José Obrero de Guaviare se adjudicó el tercer lugar en la competencia, mostrando un gran desempeño a lo largo del torneo. Aunque no todos los participantes pueden llevar una medalla, los Juegos Intercolegiales Nacionales reconocen el esfuerzo, la dedicación y el espíritu competitivo de cada joven atleta, celebrando su futuro prometedor en el deporte y en la vida.