Después de un corto receso y con mucho tiempo para pensar, de nuevo; me levanto con mucho carácter propio de mi ser; para escribir una cuantas líneas en torno a lo que ocurre en nuestro amado municipio CURUMANI; después de escuchar el primer mandatario HENRY CHACÓN AMAYA a través de un medio de comunicación hablada dirigirse a sus paisanos en virtud de su situación jurídica y familiar por la que hoy atraviesa por donde también manifestó “que muy pronto quedará superada” que de seguro sería lo mejor para él, su familia y el municipio de Curumaní.
En lo que no estoy de acuerdo, es que le siga diciendo mentiras a los habitantes de “su pueblo querido, que tanto ama”, como afirma el mandatario en su alocución mas reciente. Mi pregunta es ¿Por qué le hace tanto daño? yo no quisiera pensar que estamos frente al más grande MITOMANO de toda la historia política de Curumaní y lo digo porque escuche de su propia voz por ese mismo medio de comunicación decir que realizaría las obras habidas y por haber en nuestro municipio sin haber comenzado una sola, siendo esto para mi concepto solo proyectos y convirtiéndose en falsas expectativas para un pueblo que lo que requiere son hechos.
Lo digo no con el fin de causar intriga a quienes defienden las actuaciones del primer mandatario, es por el poco tiempo que le queda de administración, sumado a eso lo convulsionado que se encuentra el País, las elecciones parlamentarias y presidenciales que se avecinan, su situación jurídica por definir, todo eso me indica sin ser mago que es falso de toda falsedad, el solo hecho de querer construir un HOSPITAL, en un sitio donde no se le autorizó sin ninguna explicación, tirando por la borda $ 325 millones de pesos autorizados por el concejo para una compra específica, para una obra específica, según con todos los “estudios previos” y que hoy el gobernador se niegue a construir allí sin razón alguna, eso es constancia de tan mala administración en cabeza del alcalde HENRY CHACÓN AMAYA.
Si eso significa “querer a un pueblo” que se podría pensar de lo contrario, no vaya a ser que la compra de ese terreno sea la devolución del favor que le hiciera al Doctor Rodrigo Ríos Uribe, por ayudarlo a elegir como alcalde de Curumaní, convirtiéndose en un detrimento patrimonial.
Lo SEGUNDO: es que ese lote no está dentro del POT, (Plan de ordenamiento territorial) que al día de hoy no ha sido actualizado.
Pero lo más incoherente es donde quiere construir el HOSPITAL hoy el señor alcalde; en un lote aledaño al sitio más conocido como “el cementerio de los evangélicos” que queda a solo 48 metros de distancia, configurando esto una fuente de contaminación de microbios y lixiviados . Así entonces, estamos ante una de las prohibiciones establecidas en la Resolución 4445 de 1996 que advierte sobre la salubridad que debe tener el entorno para instituir una IPS.
La otra variable que no ha sido entendida es que el hospital – promesa del alcalde y el gobernador – lo pretenden establecer en una área que hoy es de la institución educativa Camilo Torres Restrepo, por lo que no solo se cercena la expansión de nuestra casa de formación sino que se asegura el inminente riesgo para toda la comunidad educativa que estará expuesta a la circulación de ambulancias y urgencias a velocidades previsiblemente peligrosos; la cual es otra violación a la Resolución 4445 de 1996, que demuestra la falta de planeación y responsabilidad de los mandatarios.
Ni el alcalde, ni mucho menos el gobernador han tenido el respeto elemental de informar al Concejo Directivo de la institución Educativa Camilo Torres Restrepo de su descontextualizada apuesta de apropiarse de los predios del alma mater de Curumaní.
Si estas obras van a ser como el poso de aguas profundas construido en el HOSPITAL CRISTIAN MORENO PALLARES, con sobrecostos y además, sin poder utilizarlo por sus aguas no aptas para el servicio, me atrevería a invocar aquella frase del cantautor vallenato Jorge Oñate Q.E.P.D, “así como es el desayuno se ve que viene al almuerzo”.
Por. Alfredo Moreno Moscote
