Esta terminando el año y como departamento y municipio no podemos tararear la muy conocida canción “yo no olvido el año viejo por que me ha dejado cosas muy buenas”, al contrario este año ha sido lo mas parecido a una noche oscura que no tiene cuando acabar.
Nos ha dejado una representación nutrida en el Gobierno Nacional como nunca antes en la historia de nuestro departamento, pero no se ha hecho sentir en proyectos y beneficios para los ciudadanos, lo cual indica que cada quien esta por lo suyo; nos ha dejado una ciudad que no tiene un sistema de transporte publico digno para los ciudadanos que pagamos impuesto, nos ha dejado una ciudad con una policía metropolitana que parece mas un cuento de condorito que una realidad, y mientras tanto la inseguridad hace su agosto corrijo su diciembre.
Sectores de la ciudad secuestrados por el microtrafico, la extorción esta que para el pelo, las mujeres ya no usan carteras o bolsos en Valledupar, tenemos los índices de desempleo mas altos en la medición del DANE, el Hospital Rosario Pumarejo y el IDREC casi que cerrados, mientras el sabio Gobernador decidió cerrar los ojos y su corazón al clamor de su pueblo, se gasto alrededor de $ 120 mil millones en un centro cultural, parece ser que para nuestro gobernantes lo único prioritario es el cemento y las necesidades de la gente pasan a un segundo plano.
Entendemos que la pandemia ha sido difícil para los sectores económicos, pero esto no es excusa; la mezquindad de los gobiernos de turnos para trazar unas estrategias serias, coherentes y asequibles a los diferentes gremios y así seguir generando empleo y bienestar a las familias vallenatas, ha complicado más la situación en la ciudad.
El sector ganadero esta maltratado por la delincuencia y los altos costos de los insumos, y esta próximo a afrontar un periodo de sequia, y como siempre les toca trabajar con las uñas teniendo que ver mermado sus inventarios ganaderos a causa de las muertes por la falta de alimento de sus animales y departe de las administraciones lo que reciben es pague impuesto; no hay un solo programa que ayude a mitigar los impactos del verano en el sector agropecuario, además se avecina una temporada de incendios forestales, y lo mas paradójico es que la oficina de Gestión del Riesgo Municipal la desaparecieron y los bomberos ya no se sabe si existen o no existen por que tenían un tira y jala. Para resumirles no hay un plan de prevención y mitigación para afrontar esta problemática que años tras años devoró miles de hectáreas de bosque afectando los cuerpos de agua, flora y fauna de las estribaciones de la Sierra Nevada y la Serranía del Perijá, y mientras Corpocesar mirando los toros de la barrera.
El alcalde esta apunto de entregar el agua de los vallenatos por mas de 25 años a un privado a precio de gallina flaca, y lo mas triste es que ninguno de los 25 corregimientos tiene agua potable y el señor alcalde antojado de regarla para que después los precios en la factura se regulen como ellos quieran, como hace Afinia con la luz y Aseo del Norte con el servicio de aseo, que hacen lo que les venga en gana con el usuario y no pasa nada.
Que decir de los congresistas que brillaron por su ausencia y aspiran volverse elegir, y sin escrúpulos te miran a los ojos diciéndote dame la oportunidad de trabajar por nuestro departamento; ahora si van trabajar, durante cuatro año y otros que llevan más, no hicieron absolutamente nada y hoy se visten de salvadores.
El año viejo nos ha dejado un mundo de enseñanzas y reflexiones, pero lo que si ha evidenciado es de que estamos hechos los cesarenses, estoy seguro que con la ayuda Dios saldremos adelante y forjaremos un futuro mejor para nuestras familias.
Por. José Zapata Miranda
