En abril del año pasado el Gobierno nacional propuso replantear las prioridades de los planes de desarrollo territoriales, debido a la propagación del covid-19 y la cuarentena. El replanteamiento no solo estaba dirigido hacia la focalización de recursos para el sector salud, como argumentaron los concejales en oposición al gobierno municipal de Valledupar, también era pertinente valorar la deficiencia de las herramientas tecnológicas, las cuales impedían el desarrollo de trabajos óptimos de las comunidades y la socialización de las líneas estratégicas del plan representadas en las modificaciones de alcances y metas planteadas.
Cumpliendo con el marco reglamentario y metodológico fue expedido el Plan de Desarrollo 2020–2023 para Valledupar, mediante Acuerdo 006 del 25 de abril de 2020. Su contexto define articulación con el orden nacional, los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, con el nivel departamental y está enmarcado en cinco grandes motores estratégicos: I) Seguridad para todos los vallenatos, II) Competitividad y Emprendimiento, III) Servicios públicos para todos, más equidad, IV) Más bienestar social y V) Transparencia, Institucionalidad y Buen Gobierno.
Esta semana el alcalde Mello Castro, manifestó en un recorrido por los medios de comunicación que “la ejecución de Plan del desarrollo presentaba un avance del 71 %”. Ese avance significativo no es perceptible al menos para mí, quizá la atención coyuntural de la pandemia lo mimetice, aunque podría asegurar que hay errores de interpretación de la cifra.
Según el DANE, el indicador de desempleo en 2020 en Valledupar subió 5,3 puntos porcentuales, cerrando la vigencia en 21,3 %. Por la precariedad de este indicador me resulta imperativo que el gobierno municipal nos cuente con claridad cómo va el Plan de Desarrollo en materia de la ejecución de los objetivos e iniciativas de inversión de la línea estratégica: emprendimiento, dinámica empresarial y empleo, respecto de las siguientes metas: “Crear 150 unidades productivas para familias vulnerables en el Municipio”, “Fortalecer 200 pequeñas y medianas empresas a través de convocatorias”, “300 personas en formación para el trabajo para mitigar el impacto de la pandemia del covid-19” y “Crear la Mesa de Coordinación de Abastecimiento y Seguridad Alimentaria como Órgano de Seguimiento, Evaluación y Control de la cadena de producción, distribución y suministro de alimentos e insumo de primera necesidad del municipio de Valledupar”.
Reactivación económica en Valledupar depende del desarrollo empresarial como variable para revertir otros indicadores relacionados con la inseguridad, aunado están los procesos de articulación nacional como el pacto Cesar–Guajira con inversiones por $4,4 billones y los aspectos principales sobre emprendimiento establecidos en la Ley 2069 del 31/12/2020.
Según Norton y Kaplan los planes fracasan cuando falta comprensión de la estrategia en todos los niveles, por inexistente relación entre estrategia y presupuesto y por falta de alineación entre el equipo de trabajo y los objetivos estratégicos. Alcalde Mello Castro, mire la realidad del territorio, enfóquese y hágalo con su equipo en la ejecución estratégica para recuperar empleos y no olvide que sus antecesores por intranscendentes compraron pasaporte al ostracismo.
Por. Luis Elquis Diaz
