En un operativo conjunto de alto impacto entre la Dirección de Investigación Criminal (DIJIN) y el Grupo de Acción Unificada por la Libertad Personal (Gaula) del Ejército, se logró la captura de Samir Bonet Castillo, conocido como alias “Samir”. El operativo se llevó a cabo en el barrio Los Ángeles de la ciudad de Valledupar, desarticulando una importante red de tráfico de armas al servicio de grupos guerrilleros y disidentes en la región.
Según las autoridades, alias “Samir” es el responsable del tráfico de armas que abastecía a estructuras criminales como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC, con operaciones en los departamentos del Cesar, Norte de Santander y Sur de Bolívar. Esta captura representa un duro golpe para estas organizaciones, que dependían de su logística para mantener su capacidad armada en el conflicto.
Alias “Samir” traficaba con armas para varios frentes guerrilleros, entre ellos el Frente de Guerra Nororiental Manuel Pérez y el Frente 33 Camilo Torres del ELN, así como con los antiguos “Pelusos”. Utilizaba su vivienda en Valledupar como centro de almacenamiento y distribución de municiones y armamento. La munición era traída desde La Guajira por otros dos individuos conocidos como alias “El Negro” y alias “El Chino”, quienes la entregaban en baldes y recipientes para su posterior distribución.
Una vez en Valledupar, alias “Samir” escoltaba los vehículos de transporte de armas, simulando averías en el camino para evadir controles de las autoridades. Utilizaba una camabaja para crear la apariencia de que el vehículo estaba varado, lo que le permitía desplazarse sin levantar sospechas. Finalmente, las armas y municiones eran entregadas a alias “Cristian”, un integrante del Grupo Armado Organizado (GAO) del ELN en el municipio de Aguachica, desde donde se coordinaba su llegada al Catatumbo.
Alias “Samir” llevaba cinco años operando dentro de esta estructura criminal, consolidándose como una pieza clave en el abastecimiento de armamento para estos grupos ilegales. Ahora deberá responder ante la justicia por los delitos de tráfico de armas al servicio del ELN y las disidencias de las FARC, enfrentando un proceso que podría llevarlo a pasar muchos años tras las rejas.