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Condenados al olvido y la miseria: el clamor de los invisibles en Valledupar

by | Feb 16, 2025 | Valledupar | 0 comments

En Valledupar, la capital del Cesar, donde el calor abrazador del sol caribeño se funde con el ritmo contagioso del vallenato, existe una realidad que contrasta duramente con la imagen idílica que proyecta la ciudad. Detrás de la fachada de alegría, se esconde una problemática que crece de manera alarmante: la indigencia.

Habitante de calle – “Callejón de los chirretes” Valledupar – Pipa artesanal siendo preparada con bazuco y otros componentes – 14/02/2025

Habitante de calle – “Callejón de los chirretes” Valledupar – Pipa artesanal siendo preparada con bazuco y otros componentes – 14/02/2025

Según datos del Ministerio de Salud y Protección Social (MSPS) de Colombia, entre 2021 y 2024 se registraron 33.375 individuos en situación de habitantes de calle a nivel nacional, lo que representa aproximadamente el 0.06% de la población total del país. Sin embargo, esta cifra nacional no refleja la realidad específica de Valledupar, donde el incremento significativo de personas sin hogar desde 2021 ha tenido un impacto considerable. Esta situación ha llevado a la Procuraduría General de la Nación a solicitar información al alcalde, Ernesto Orozco, sobre la implementación de políticas públicas para esta población vulnerable. Esta solicitud resalta la urgencia de abordar la crisis humanitaria.

En las sombras de la ciudad, donde la indigencia se oculta a plena vista, encontramos “el callejón de los chirretes”, en inmediaciones del mercado público de Valledupar. Allí, invisibles a la sociedad, viven hombres y mujeres a merced de la precariedad y la vulnerabilidad, cuyas historias, esperanzas y desilusiones merecen ser escuchadas.

“El rey de la basura”

“El Mono de Ciénaga”, de 32 años, llegó a Valledupar hace una década con la ilusión de un futuro mejor. Trabajaba como obrero en su tierra, Ciénaga de Oro, en Córdoba, pero las malas compañías y la tentación de las drogas lo fueron arrastrando hacia un abismo del cual, a pesar de sus intentos, no ha podido salir. Recuerda con amargura su pasado:

“Hace diez años llegué a esta ciudad, lo perdí todo y ahora vivo en la calle. He llegado a creer que fui víctima de una maldición familiar, aunque soy católico. Hace muchos años allá en Ciénaga me bañé en un lugar donde al parecer había agua de muerto; desde ese momento algo cambió en mí y me empujó a este destino”, reveló.

“El mono de Ciénaga” – “Callejón de los chirretes” Valledupar – El mono entre la basura revelando los alimentos de diario consumo: Pan, Frutiño y cigarro – 14/02/2025

“El mono de Ciénaga” – “Callejón de los chirretes” Valledupar – El mono entre la basura revelando los alimentos de diario consumo: Pan, Frutiño y cigarro – 14/02/2025

En medio de su lucha por la supervivencia se alimenta con un pequeño pan y un Frutiño, refresco en polvo de bajo costo, “Esa es mi comida cuando puedo comprarlos; cuando no, rebusco entre la basura; entre gusanos, pañales sucios, desechos… todo para encontrar algo que calme mi hambre”, aseguró.

Este hombre se ha ganado el apodo de “el rey de la basura”, y no es una exageración.  Duerme rodeado de basura, que es su hogar y su fuente de ingresos.  Es el máximo reciclador del lugar, y tiene dos ayudantes a quienes paga por recolectar materiales. Lo que gana, es apenas lo suficiente para sobrevivir.

La Lucha por la redención

Junto a “El Mono”, vive un amigo que, a diferencia de él, anhela desesperadamente escapar de la vida en la calle. Pese a que no quiso revelar su nombre y mostró recelo, expresó su deseo de borrar este capítulo de su vida. Su pasado, envuelto en el misterio, es un enigma que solo él conoce. Su presente, sin embargo, es una batalla constante. Comparte con “El Mono” la precariedad de un cambuche improvisado, rodeado de los materiales reciclables que les sirven de sustento.

Habitante de calle – “Callejón de los chirretes” Valledupar – Amigo y colaborador del “mono” sentado mientras se fuma un cigarro– 14/02/2025

Habitante de calle – “Callejón de los chirretes” Valledupar – Amigo y colaborador del “mono” sentado mientras se fuma un cigarro– 14/02/2025

Sus ojos, llenos de una mezcla de esperanza y desesperación, buscan una mano amiga, una oportunidad para reconstruir su vida; su deseo de salir de las calles es un grito silencioso, una plegaria muda en medio del ruido y la indiferencia de la ciudad. “A mí sí me gustaría que alguien pudiera ayudarme a salir de esta vida, yo quiero salir de las calles y empezar de nuevo lejos de las drogas”, precisó.

Resiliencia ante la adversidad

“Somos veinticinco aquí, entre estos escombros: hombres, mujeres, de quince a setenta y cinco años”, cuenta una mujer en “el callejón de los chirretes”.  La dureza de su vida se refleja en la cicatriz que le cruza el rostro, consecuencia de una riña que le costó un ojo.  “Es una guerra diaria contra el hambre y la inseguridad”, dice, pero en su mirada hay una fuerza interior que la impulsa a seguir.  Su anhelo es simple: un lugar seguro, un espacio propio para dormir, cocinar y asearse. Un deseo que parece inalcanzable; cuatro o cinco días sin bañarse son la norma.  Para llegar al río Guatapurí, deben caminar horas, un viaje agotador que representa un lujo para quienes viven en la precariedad.

Habitantes de calle – “Callejón de los chirretes” Valledupar – Entre basura, alcohol y drogas, los habitantes de calle comparten una bolsa de Pan – 14/02/2025

Habitantes de calle – “Callejón de los chirretes” Valledupar – Entre basura, alcohol y drogas, los habitantes de calle comparten una bolsa de Pan – 14/02/2025

Una decisión difícil ¿Quedarse o volver a casa?

 Yusmeri, una cocinera venezolana de 40 años, llegó a Colombia hace cinco años buscando un futuro mejor. En Valledupar, encontró trabajo, pero la soledad, la depresión y las drogas la empujaron a la calle: “Varios amigos venezolanos me invitaban a salir, a tomar cerveza inicialmente, después me incitaron a probar drogas y en ese momento fue mi escape porque me sentía muy deprimida, pero toqué fondo y ahora estoy aquí”, expresó.

Sin embargo, en “el callejón de los chirretes” donde está desde hace tres años, ha encontrado una extraña forma de aceptación. Aunque su actual condición de vida y la falta de contacto con su familia la atormentan, también ha encontrado un sentido de comunidad entre sus compañeros de infortunio.

La decisión de permanecer en la calle es compleja: Anhela reconectar con su familia, pero el miedo a la reacción ante su nueva realidad la mantiene alejada. “A veces me siento sola y confundida, tengo un hijo, pero no sé nada de él. Claro que me gustaría saber de él y de mi mamá, pero prefiero morirme antes de que ellos se enteren que estoy en estas condiciones. Si quieres búscame ahí en tu Facebook y verás como era yo”, indicó, en medio de la tristeza que la embarga

Yusmeri – “Callejón de los chirretes” Valledupar – Yusmeri en el 2022 (Izquierda) Yusmeri en el 2025 (Derecha) – 14/02/2025Yusmeri – “Callejón de los chirretes” Valledupar – Yusmeri en el 2025 (Izquierda) – Yusmeri en el 2022  (Derecha) – 14/02/2025

La falta de fuerza de voluntad

La realidad en “el callejón de los chirretes” es complicada.  Si bien algunos habitantes luchan por escapar de la indigencia, otros parecen atrapados en un círculo vicioso, incapaces de romper con la precariedad y la adicción que los mantiene en este lugar.  La falta de fuerza de voluntad, la dificultad para superar la dependencia a las drogas y la resignación a su situación, se convierten en barreras casi insuperables.  Para muchos, el pasado sin drogas es un recuerdo lejano, una vida que parece pertenecer a otra persona, un mundo inaccesible.  La comodidad de la rutina, aunque inestable y degradante, supera la voluntad de cambiar, de luchar por un futuro diferente.  Esta falta de motivación, a menudo agravada por problemas de salud mental, convierte el escape en una tarea titánica, un desafío que parece imposible de superar sin un apoyo externo significativo y consistente.

“El mono de Ciénaga” – “Callejón de los chirretes” Valledupar – Preparación de dosis personal de bazuco en pipa artesanal – 14/02/2025

“El mono de Ciénaga” – “Callejón de los chirretes” Valledupar – Preparación de dosis personal de bazuco en pipa artesanal – 14/02/2025

La economía de la supervivencia: El trabajo invisible en la calle

La vida en “el callejón de los chirretes” es una economía de la supervivencia. Para ganarse 50.000 pesos a la semana, cada uno de ellos debe dedicar entre cinco y seis horas diarias a la recolección de materiales reciclables. Diez mil pesos, el equivalente a horas de trabajo agotador bajo el sol inclemente, representan una pequeña victoria en esta batalla constante contra la pobreza extrema. Este trabajo invisible, realizado en las sombras de la ciudad, es una muestra de la resiliencia humana, la capacidad de lucha por la supervivencia en medio de la adversidad.  La comida, cuando la hay, es un lujo; cuando la suerte no acompaña, la basura se convierte en su despensa, un lugar inadecuado pero necesario para la subsistencia.

“El mono de Ciénaga” – “Callejón de los chirretes” Valledupar – Dinero producido luego de dos días de intenso trabajo reciclando – 14/02/2025

“El mono de Ciénaga” – “Callejón de los chirretes” Valledupar – Dinero producido luego de dos días de intenso trabajo reciclando – 14/02/2025

El Desafío de las Instituciones

La solicitud de la Procuraduría General de la Nación resalta la necesidad de una respuesta integral a la crisis de la indigencia en Valledupar.  La ausencia de hogares de paso y la no implementación de la Política Pública Nacional de Habitantes de Calle evidencian una falta de planificación y recursos destinados a atender las necesidades básicas de esta población vulnerable.  El municipio requiere no sólo medidas paliativas, sino estrategias de prevención, reinserción social y atención a las necesidades básicas de esta población vulnerable, incluyendo acceso a vivienda, salud, alimentación y empleo. La falta de una respuesta eficaz por parte del gobierno local deja a las personas en situación de calle expuestas a la precariedad y la vulnerabilidad, agravando su situación de exclusión social.

Llamado a la responsabilidad colectiva

 La historia de “el callejón de los chirretes” es un reflejo de la realidad social de Valledupar.  Es un espacio donde la prosperidad de algunos contrasta duramente con la exclusión y la marginación de otros, una historia de lucha por la supervivencia, pero también de resiliencia y solidaridad humana.  El llamado de la Procuraduría devela la urgencia de abordar esta crisis humanitaria con políticas públicas efectivas que garanticen la dignidad y los derechos de esta población vulnerable.  Sin embargo, la responsabilidad no recae únicamente en las instituciones.  La sociedad valduparense, en su conjunto, debe asumir un compromiso activo para erradicar la indigencia, promoviendo la inclusión social, la solidaridad y el apoyo a quienes más lo necesitan.   La indigencia no es sólo un problema social, sino una crisis humanitaria que requiere una respuesta inmediata y eficaz, que debe involucrar a toda la comunidad.

“El mono de Ciénaga” – “Callejón de los chirretes” Valledupar – El “mono” manifestando como es dormir en la calle cuando es temporada de lluvia– 14/02/2025

“El mono de Ciénaga” – “Callejón de los chirretes” Valledupar – El “mono” manifestando como es dormir en la calle cuando es temporada de lluvia– 14/02/2025

En medio del desolador panorama, la labor del Subintendente de la Policía Nacional, Jhosue Durán Castilla, emerge como un rayo de esperanza. Desde hace años, este hombre dedica su vida a ayudar a personas en condición de calle en Valledupar, impulsado por el deseo de “servir de ayuda a aquellas personas vulnerables de Colombia”. Su ‘Casa Hogar Joshue rescata’ ofrece un programa de rehabilitación a quienes logran salir de las calles, “ahí les brindamos alimentación, alojamiento, ropa y artículos de aseo de forma gratuita, siempre y cuando mantengan su compromiso con la recuperación”, indicó Durán Castilla.

Sin embargo, el sostenimiento de la obra depende de su propio esfuerzo, a través de actividades de emprendimiento y donaciones, ya que, según él, la ayuda institucional es “deficiente”. Su testimonio contrasta con la falta de apoyo continuo e integral por parte del gobierno local, evidenciando la necesidad de programas de rehabilitación sostenibles y una mayor inversión en la atención a la población en situación de calle. “Yo logro obtener recursos para el mantenimiento de la casa hogar gracias a donaciones de personas que valoran lo que hago. El trabajo que hacen las instituciones es nulo, sólo se dedican a realizar brigadas, pero nunca dan una ayuda continua que les permita a los habitantes de calle reintegrarse a la sociedad dignamente”, afirmó.  En los últimos cuatro años, ha ayudado a más de 300 personas, con muchos casos exitosos, aunque reconoce que las recaídas en el consumo de drogas son una dura realidad.

Yusmeri – “Callejón de los chirretes” Valledupar – Yusmeri sonriendo, aunque con una evidente nostalgia en sus ojos – 14/02/2025

Yusmeri – “Callejón de los chirretes” Valledupar – Yusmeri sonriendo, aunque con una evidente nostalgia en sus ojos – 14/02/2025

“El mono de Ciénaga” – “Callejón de los chirretes” Valledupar – El “mono” a carcajadas luego de un chiste en medio de la conversa– 14/02/2025

“El mono de Ciénaga” – “Callejón de los chirretes” Valledupar – El “mono” a carcajadas luego de un chiste en medio de la conversa– 14/02/2025

Por:  Arturo Alfaro – Entrevistas / Andreina Galvez – Redacción / Brayan Davian Ospino – Fotografías

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