En una noche para la historia del fútbol en Valledupar, el Estadio Armando Maestre fue testigo de un espectáculo sin igual, donde Alianza FC y Deportivo Cali se enfrascaron en un emocionante empate 3-3 que dejó a los aficionados al borde del éxtasis.
El Alianza tomó la iniciativa desde el primer minuto, desatando la locura en las gradas con un golazo majestuoso del Topo Rentería, quien clavó la pelota con un disparo cruzado que hizo temblar la red. El estadio se convirtió en una olla a presión, con los Vallenatos rugiendo de alegría.
Aun así, el azucarero no estaba dispuesto a ser un mero espectador en la fiesta vallenata. Un tiro libre al borde del área desató la controversia, inicialmente señalado como tiro libre mutó a penal por la juez de línea quien corrió para el área defendida por Mosquera. En un giro dramático, el VAR intervino, corrigiendo la decisión de la terna y transformando la falta en un tiro libre. Kelvin Osorio, con la astucia de un mago, logró un gol que desafió todas las expectativas, desviándose en la barrera y rompiendo el celofán del arco defendido por Carlos Mosquera.
Pero Alianza no se dejó amilanar. En una ráfaga de genialidad, Royscer Colpa devolvió la ventaja 2-1 al equipo local con otro gol que provocó el éxtasis en el estadio. Las gradas se convirtieron en un mar de emociones, ondeando banderas y gritando ¡Alianza Alianza! desde las tribunas.
La tragedia nos golpeó cuando Jhair Castillo recibió una expulsión por doble amarilla, dejando al equipo con un jugador menos. El Deportivo Cali olió la sangre y se lanzó un ataque, que capitalizó Córdoba empatando el juego antes del descanso en medio de la desesperación local.
La segunda mitad fue un torbellino de emociones. Con un jugador menos, Alianza se vio acorralado por el Cali, que aprovechó la superioridad numérica. Juan Reyna, con un gol angustioso para los nuestros, puso a la visita en ventaja.
Pero aquí es donde la magia del fútbol se apoderó del Armando Maestre. La afición vallenata, convertida en el undécimo jugador, desató una ola ensordecedora de aliento. Los jugadores, entendieron el mensaje, respondieron a cada llamado de la hinchada, corriendo como si cada segundo fuera el último.
Y llegó el momento épico. En el minuto 66, Ever Meza, desafiando la gravedad, se elevó y, con un cabezazo perfecto, rompió las redes, sellando el anhelado empate. El estadio estalló en júbilo, con los aficionados celebrando como si hubieran ganado la final.
El Profe Torres en la banda, se unió al delirio de la hinchada. Los cambios tácticos no encontraban respuesta, pero la pasión y el coraje de los jugadores resonaron más fuerte. El empate se selló, pero la sensación en el Armando Maestre era de victoria.
Este fue más que un partido de fútbol; fue un poema emocional, una montaña rusa de pasiones que demostró que el Alianza FC es más que un equipo, es un sueño colectivo que late al ritmo de los corazones vallenatos.
Alineaciones:
Alianza FC: Carlos Mosquera, Efraín Navarro, Jesús Figueroa, Pedro Franco, Leonardo Saldaña, Royscer Colpa, Rubén Manjarrez, Jhair Castillo, Emerson Batalla, Andrés Rentería y Mayer Gil.
Deportivo Cali: Joaquín Papaleo, Jonathan Marulanda, Francisco Meza, Jefferson Díaz, Onel Acosta, Alexander Mejía, Gianfranco Cabezas, Kelvin Osorio, Javier Reina, Juan José Córdoba y Luis Sandoval.
Por: Jairo Jiménez Fadul.
