El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, celebró una victoria arrolladora en las elecciones presidenciales y legislativas, asegurando más del 80% de los votos y un mínimo de 58 de los 60 diputados de la Asamblea. Este resultado, aunque ligeramente inferior a la proyección inicial, establece un nuevo récord en la historia de la democracia mundial.
Desde el cierre de los colegios electorales, Bukele denunció la prohibición de votar a ciudadanos que aún se encontraban en fila, generando controversia. Sin embargo, esto no ha empañado la contundente victoria del presidente, que refuerza su posición en el poder por otros cinco años.
Durante su primer mandato, Bukele destacó con su enfoque en la seguridad y la ‘guerra contra las pandillas’. Este tema, central tanto en su gestión inicial como en su campaña, ha sido respaldado por una parte significativa de la población. Con la promesa de priorizar la recuperación económica en este segundo periodo, el mandatario busca abordar las necesidades más urgentes del país.
Con alrededor de seis millones de personas convocadas a las urnas, estas elecciones no solo decidieron la presidencia, sino también al vicepresidente y a 60 miembros de la Asamblea Legislativa. El proceso electoral transcurrió desde las 7:00 a. m. hasta las 5:00 p. m., reflejando una participación significativa de la ciudadanía.
En una conferencia de prensa posterior a su victoria, Bukele destacó la resolución de los desafíos que enfrentó durante su primer mandato y expresó su compromiso con la recuperación económica. “Nosotros en El Salvador resolvimos lo que nos estaba matando, porque de hecho, crecimos en el PIB, no tuvimos la caída que los expertos decían que íbamos a tener”, afirmó el presidente.
La gestión de Bukele, caracterizada por su estilo directo y su presencia activa en las redes sociales, ha dejado una marca indeleble en la política salvadoreña. Su victoria abrumadora sugiere un fuerte respaldo popular a su liderazgo y a las prioridades que ha establecido para el futuro del país.
