Las cosas no andan muy bien en Valledupar, la ola delincuencial que se vive en diferentes sectores de la ciudad es mas que evidente, en redes sociales y cadenas de whatsapp circulan videos que muestran como los ciudadanos son despojados de sus pertenencias, como también fotografías de los delincuentes que quedan registrados en las cámaras luego de cometer un atraco.
Esta es una realidad que golpea principalmente al ciudadano de a pie, ese que se levanta temprano para buscar el sustento de su familia, pero que al salir, se tropieza con la inseguridad, sí, el ciudadano no solo sale a enfrentar la vida, también la delincuencia, esa que en ocasiones no solo causa perdidas materiales, si no también la perdida de vidas.
Taxistas, vendedores, emprendedores, amas de casas, restaurantes, corresponsales bancarios, viviendas, incluso miembros de la fuerza publica son victimas de la delincuencia, que parece ganarle la partida a las autoridades.
Para la ciudadanía el actuar de la policía es ineficiente y el alcalde les incumplió, se sienten desconcertados, impotentes, humillados y avergonzados de haberlo elegido, basta salir a las calles de la ciudad y escuchar el descontento tan grande del ciudadano.
Cuando la seguridad anda mal, y la justicia no actúa como corresponde, la impotencia y falta de acción lleva al ciudadano al desespero, a recurrir y materializar acciones como la famosa “Paloterapia”, algo que se ha vuelto cotidiano en Valledupar, esta en ultimas se convierte en un peligro, esto no es defensa propia y quienes acuden a ella cometen un crimen, no se puede normalizar, pero lo que si es claro, es que ella refleja el fracaso del actual gobierno para combatir la delincuencia.
Lo cierto, es que si la ciudadanía no encuentra en la policía, fiscales y jueces la protección y castigo a los delincuentes, y mientras esa percepción siga, la “Paloterapia” terminará normalizada en la ciudad.
Por. Arturo Alfaro Cujia
