De acuerdo a la última columna que se tituló Colombia convulsionada, debo referirme consecutivamente de la manera como se agudiza la situación en nuestro país, donde las esperanza de diálogos se esfuman como perfume en el aire, solo porque un presidente llamado IVAN DUQUE MARQUEZ, haciendo oído sordo a los clamores de quienes en las calles reclaman oportunidad, un mejor sistema de salud, educación gratuita, y no más impuestos para los colombianos, donde su respuesta es: la militarización y el uso de las fuerzas para doblegar a los marchante equivocándose cada día más con sus acciones, que el pueblo lo toma como un reto del primer mandatario enardeciendo a mucha más gente que se une con mucha decisión y determinación apoyar al paro.
Cuando digo se equivoca; es porque los resultados que se están viendo son escabroso y tremendamente inaceptable por varias razones:
LA PRIMERA, lo que deja de recibir hoy nuestro país por sus exportaciones e importaciones, quizás es mucho más que lo que buscaba con su reforma tributaria y menos de lo que pide nuestro pueblo.
LO SEGUNDO, es que, al desmilitarizar las zonas rurales para concentrar al ejército en las grandes ciudades capitales del país, le está dejando las vías expeditas al narcotráfico y a todos los grupos al margen de ley para fortalecer sus acciones.
LO TERCERO, siendo esto lo más importante, y es que nada de lo que le exigen los manifestantes esta por fuera del contexto de su deber y responsabilidad como presidente. Y ¿Cómo resolverlo? Aplique del primer capítulo de nuestra CONSTITUCION POLITICA, sus articulo 1y 2.
EL PRIMERO: dice que Colombia es un estado social de derecho, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general.
EL SEGUNDO: son fines del estado, servir a la comunidad, promover la prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la constitución; facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan en la vida económica, política, administrativa y cultural de la nación; defender la independencia nacional, mantener la integridad territorial y asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo, las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás derechos.
Es solo eso, señor presidente y no crea que con los 266.606 militares, ejercito, fuerzas aéreas y armadas, a los que se le suman 185.000 policías y 23.513 civiles que trabajan en el sector defensa para un total de: 452.446 miembros activos, va usted a cubrir todo el territorio nacional, comenzando por detener la avalancha de millones de colombianos insatisfecho de su gobierno y luego lo que corresponde a repeler a los CINCO, grupos ilegales existente en Colombia, pero sumado a eso los problemas de orden público en todo el territorio nacional, mire bien presidente que es lo que hace, porque sin ser poco optimista veo venir se repita un 9 de abril en nuestro país.
Es triste ver como se alegran algunos sectores de la sociedad cuando maltratan y matan a marchantes, y otros cuando maltratan y matan a miembros de la policía o ejército, sin darse cuenta que son los mismos colombianos pobres quienes se enfrentan con un odio como si la causa del uno no fuera la del otro.
Gobierne con carácter presidente, ya que se MENTOR POLITICO, Álvaro Uribe Vélez lo dijo a través de un medio de comunicación que usted le hacía falta carácter para gobernar, en sus manos está la solución a este problema que estamos padeciendo los colombianos, escuche a esos jóvenes y póngase de acuerdo y ya, no lo vea como debilidad, véalo como un hombre capaz de dialogar y lograr consenso que le permita no solos los aplausos de los colombianos, sino también el reconocimiento de que es capaz, y no se preocupe por las próximas elecciones presidenciales que eso lo decidimos la mayoría de colombianos en las urnas.
