Vilma Martínez de Camacho, una mujer de 80 años, falleció en la vereda Los Toquitos, zona rural de Fonseca, La Guajira, tras un corte de energía eléctrica que dejó sin funcionar el respirador artificial que la mantenía con vida. Martínez de Camacho dependía completamente de este equipo médico, conectado a la red eléctrica, para recibir el oxígeno necesario.
Según relató su nieto, Andris Solano, la familia fue tomada por sorpresa por la interrupción del servicio eléctrico, que comenzó desde la mañana sin previo aviso. “El respirador artificial no estaba funcionando adecuadamente porque suspendieron el servicio de luz. Fue un corte no programado. No teníamos conocimiento de que iban a suspender el servicio, por tal razón no pudimos tomar medidas para resguardar la salud de mi abuela. Apenas vimos que no había luz, nos fuimos a Fonseca a buscar una bala de oxígeno, pero cuando regresamos ya era muy tarde”, explicó Solano.
Al parecer, la falla en el suministro eléctrico se originó por un accidente de tránsito en la vía entre Fonseca y Barrancas, donde un vehículo particular colisionó contra un poste de luz, dañando el cableado general. La empresa Air-e, encargada del servicio eléctrico en la zona, confirmó que el incidente afectó el circuito Fonseca 2, lo que obligó a suspender el fluido durante varias horas mientras se realizaban las reparaciones.
Ante las críticas y señalamientos, Air-e emitió un comunicado explicando que la interrupción fue necesaria para normalizar el servicio tras el choque contra el poste. Sin embargo, la tragedia ha dejado a familiares, amigos y vecinos de Vilma Martínez de Camacho sumidos en el dolor. La mujer, muy querida en la comunidad, perdió la vida en un suceso que pone en evidencia las graves consecuencias de la falta de energía en hogares con necesidades médicas críticas.